Si pensamos que no podemos, que no lo lograremos, si pensamos en que jamás vamos a lograr las metas que tenemos, si nos ponemos en nuestras mentes que jamás tendremos éxito, eso será lo que pasara. Hay personas que pasan su vida entera quejándose de lo que pudieron haber hecho, “si hubiera hecho esto, o si hubiera hecho lo otro”, pero la realidad del caso es que ya lo que pasó, pasó, y si en vez de quejarse de lo que no hicieron comenzaran a tomar control de sus vidas y se enfocaran en lo que quieren hacer ahora las cosas cambiarían para bien.
Cuando alguien tiene un problema amoroso, y pide consejos siempre lo que le contestan es "No te preocupes, el amor llega cuando menos lo esperas". Dicen que cuando uno está "desesperado" los posibles pretendientes se alejan, pero la desesperación puede notarse en cualquier momento. ¿Pero qué hay el que cree en esa frase y espera? EL podría ir a mil lugares con propósitos totalmente distintos y podría que NUNCA se de cuanta que hay alguien esperando por él. Porque podría ser también que esa persona nunca llegue.
Mucha gente cree que ya no puede cambiar. Están convencidos de que son como son y jamás cambiarán. Afortunadamente, la realidad es distinta. Por esa regla de tres también dejaríamos de aprender, de pensar. El mundo no se para en ningún momento, y las personas tampoco. Cambiamos constantemente, y lo hacemos en la medida en que el ser humano está en continuo aprendizaje; el día que dejamos de aprender, de algún modo, empezamos a morir. Pero para cambiar hay algo imprescindible: hay que querer cambiar.
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